Al salir del baño me detengo en el extremo de la barra, cerca de la bacha en la que está lavando Tucho.
_¿Cómo te fue ayer?
_Bien, bastante bien, llegué a las semifinales! – me contesta sin darse vuelta, mientras continua lavando-.
Tucho es bailarín de tango, es algo petiso el pibe, pero tiene un paso elegante y mucha actitud.
_ Perdimos contra Peralta y la rusita –agrega.
_Ahhh, y bue… bailan bien…
_Sí, bailan bien –dice Tucho moviendo la cabeza.
Chiquito se acerca para escuchar la conversación; hay poca gente en el salón y está aburrido.
_El tema es que está muy fuerte la rusita… –continua Tucho con tono de justificación
_Es muy difícil así, se fue con un vestido rojo que era una locura, estaba en bolas casi…
Chiquito lo mira a Tucho que continua lavando de espaldas a nosotros, me mira, y sonríe.
_Bueno, Tucho, pero bailan bien –reitero.
_Sí, bailan bien –acepta-.
Tucho cierra la canilla, gira hacia nosotros, tomo un trapo y comienza a secarse los brazos.
_Pero no sabés cómo le miraban las tetas los jueces a la rusita!
Me río. Chiquito se ríe pero mira para otro lado.
_Pero no, en serio, vos te reís, pero es así – retoma Tucho indignado- es muy difícil competir contra eso, viste. Que se yo, yo voy con la Olga viste, que baila bien, porque baila bien la Olga –aclara- pero que va peinada con ese rodetito, y ese vestidito negro medio suelto, sin brillos, que no te dice nada… No le mueve un pelo a nadie la Olga así…
Chiquito se da vuelta apoya una mano sobre la barra y con la otra señala al espejo que cuelga sobre la pared, a espaldas de Tucho:
_¿Y, vos te viste bien?
La cara de Tucho acusa el golpe, pero atina a contestar
_Qué?
_Si te viste bien…petiso, te pregunto -repite Chiquito señalando el espejo- ¿quién te crees que sos?
_Qué te pasa? –pregunta descolocado Tucho, levantando un hombro.
_Pensas que sos mejor que Peralta vos? Vos bailas el tango mejor que Peralta?
Tucho lo mira dubitativo
_No
_Ah, y entonces? Qué? Perdiste por culpa de Olga?
Tucho baja la cabeza
_No dije eso…
_Sí, dijiste eso – retruca Chiquito.
Hay un silencio incómodo, y yo creo prudente permanecer callado.
_Quizás perdieron porque estabas más ocupado en mirar las tetas de la rusita que a tu compañera. ¿Sabés lo que tenés que hacer vos? Practicar más, y hablar menos, eso tenés que hacer –le escupe Chiquito apuntándolo con un dedo a Tucho-. Practicar más. Menos billar y cartas por las noches, y más práctica.
_Criticar a Olga. Vergüenza debería darte ¿Qué clase de compañero sos? Tenés que bajar el copete, vos.
Tucho mira al piso con la cabeza gacha y los hombros encogidos. Me da un poco de pena el pibe.
_Ahora anda al depósito a ayudar a descargar los cajones.
Tucho se aleja en silencio hacia el fondo del local, rápidamente. Chiquito da media vuelta y apoya su espalda contra la barra. Yo lo imito.
Nos quedamos callados, supongo que pensando en lo ocurrido.
Finalmente me confieso
_ La verdad es que está fuerte la rusita…
_ Tremenda –contesta Chiquito sin mirarme, y luego estalla en carcajadas- Tremenda.